sábado, 13 de septiembre de 2008

Bienvenidos/as


Me encanta la palabra histérica y mira que la historia nunca ha sido justa con este estado de ánimo. Y es que sigo sin entender porque un adjetivo con tanta vida nunca ha estado bien visto. Ser una histérica no significa solo estar con los nervios destrozados, sino que refleja que seguimos existiendo y más llenos de vida que nunca. Y si no, que se lo digan a Pedro Almodovar.

Por mi parte, creo que esta palabra nunca la llegué a entender bien hasta que empezé a trabajar en este bar y comprendí todo la complejidad que entrañaba. Pero, por supuesto, nunca tanta dificultad como todas las mujeres que pasan por mi bar todos los días. Y es que son tan maravillosamente histéricas que he decidido que la web necesitaba conocer su historia. Y aquí os presento. Ellas, por su lado, os dan la bienvenida, y piden que ya que vais a espiarlas, como si de cualquier gran hermano se tratase, por favor, no hagáis ruido.

Y yo, como cualquier aceptable barman de cualquier bar perdido por las calles de esta laberíntica ciudad, os inivito a un trago y propongo un brindis por esta maravillosa palabra que da sentido al caótico mundo de nuestras vidas: histérica.

2 comentarios:

Lau dijo...

¿Lo de "sin hacer ruido" es porque no se puede comentar?
A mí me encanta la palabra rocío, pero no el nombre de chica, sino del rocío de la mañana. Y también la palabra extravagante. Cosas que pasan.
Te leeré.
Fdo. Una histérica más

Unknown dijo...

Puedo añadir a tu relato que YO tambien soy una histeria y que por favor barman ya sabes te cojo la palabra, yo quiero ser invitado a una copa